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Friday, April 17, 2015

JS desde Barcelona, España

Todo comenzó hace varios años cuando en mis manos cayó un pequeño libro de la Divina Misericordia, extractos del diario de Santa Faustina... ahí empecé mi proceso de conversión lenta. Vengo de una familia católica, como cualquier otro católico que ha recibido los sacramentos del bautismo, comunión, confirmación, pero aún así, en mí .. no había un verdadero amor a Dios y la Santísima Trinidad. Un día, mientras yo estaba en mi oficina comencé una búsqueda sobre Christina Gallagher, y para mi sorpresa me encontré con los maravillosos mensajes de la Santísima Trinidad y de la Madre de Salvación a través de María de la Divina Misericordia.

Cuando descubrí que estos mensajes se daban casi a diario, empecé a leerlos y para mí eran como  caramelos para mi alma! Empecé a imprimir las oraciones y leer los mensajes. Poco después de empezar con la oración, vino a mi lado más oraciones de sanación, de consagración y mi tarea pendiente: el Santo Rosario.
Empezé a recitar la consagración a la Santísima Madre, esto duró todo de 33 días de preparación y al día 34 fue la consagración. Para mí fue algo único porque empecé a sentir una verdadera devoción a nuestra Madre.

A través de los mensajes de MDM, nuestra Madre pedía rezar el Rosario, para mí era como una orden recibida y obedecí. Empecé con 3 misterios consecutivos. Entonces me uni a un grupo de oración y eso seguirá siendo mi vida, en oración.

 
Me sentía cada día más atraída a mi religión, a las cosas espirituales, empecé a adorer... Una hora más y más, dedicada a nuestro Señor en la contemplación.

Jesús me quitó el velo de mis ojos y veo por primera vez, con tanta claridad, que al principio me daba miedo. Veo con absoluta claridad las estrategias del enemigo, el maligno. También comenzé a dar educación en lo espiritual a mi pequeña hija sobre Dios. La Santa misa, la comunión, oraciones y otros. Mi hija de 10 años de edad, es mi perfecta compañera de oración, aunque no sea todos los días, hay muchas veces que oramos juntas.

Trato de ir a misa todos los días. Me he consagrado a la Virgen María en dos ocasiones, hoy soy una persona diferente. Amor por el pueblo, paciencia, rezar por los hermanos, preocuparme más por los demás, rezar, rezar y rezar... También el Espíritu Santo me ha sensibilizado, con el fin de reconocer lo que no viene de Dios. Él me guía, siempre cumpliendo la voluntad de Dios y no la mía. No es fácil, que soy una pecadora, pero la gran diferencia ahora es, que cuando me caigo me levanto y salgo corriendo, huyendo de cualquier cosa que pueda ofender a nuestro Padre.

Siento la presencia de Dios con más fuerza en mi corazón como nunca antes. Pero esto también me dado el rechazo en mi propia familia. Una amiga me dice que debo seguir a Bergoglio, pero si le digo que él está haciendo algo extraño y ofensivo, entonces me dicen que yo pudiera estar infestada de demonios.

 
Jesús me permite estar serena todos los días, rezo constante y vivo una vida de acuerdo a los mandamientos de Dios, tratando de agradar a Dios todo el tiempo. Un abrazo en Jesús y en María!

 

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